Bienvenido a Amazonista
Si hay algún lugar todavía en el planeta que conserva sus tradiciones, su parte de misterio y enormes zonas desconocidas y que se resisten a adoptar la cultura occidental, es el Amazonas.
El Amazonas, en realidad, es un río. Vamos, uno de los ríos más inmensos del planeta. Lleva más agua que el Nilo, el Yangtsé y el Mississippi juntos.
El Amazonas, está en América del Sur, aunque eso seguramente ya lo sabes. Atraviesa Perú (donde nace), Colombia y Brasil.
Te puedes imaginar que, en cada lugar, el río recibe un nombre diferente, según la lengua de los habitantes de la zona por donde pasa.
El nombre unificado y que ha pasado a la historia como Amazonas, se debe a Francisco de Orellana, un explorador español que, a principios del siglo XVI, le dio por explorar esa zona en la que nadie se atrevía a aventurarse y sudó tinta de calamar peleando con los indígenas de la zona.
Lo que más sorprendió a Orellana no fue que la gente se defendiera, sino que los guerreros eran tanto hombres como mujeres. Las mujeres eran unas arqueras extraordinarias y unas guerreras feroces que no se amilanaban ante nada.
A Orellana le vino entonces a la cabeza el mito griego de las Amazonas. Mujeres guerreras que vivían en comunidades en las que no había hombres y que combatían con arco y una fiereza sin igual.
Así que, no se sabe bien en qué circunstancias, Orellana bautizó el río y, por ende, la zona del alrededor como “el Río de las Amazonas” Y, luego ya, con Amazonas se quedó.
Aquello ocurría en la primera decena del año 1500. Vamos a redondear y decir que hace 500 años.
Pues 5 siglos más tarde, el Amazonas, en tanto que zona geográfica y habitada, continúa sin haber sido conquistada en su totalidad.
Nadie ha sido capaz de convencer, ni por las buenas ni por las malas, a gran parte de sus habitantes que lo que tenemos en el mundo occidental es mejor que lo que tienen ellos.
Seguramente razón no les falta.
Pero, mejor o peor, es digno de admiración la forma en como defienden su tierra, su cultura y su forma de vida.
Amenazados por todos los lados por la codicia que despierta las riquezas que tienen y las que se les supone, siguen defendiéndose con uñas y dientes. Hasta tal punto que, a día de hoy, hay tribus que no han tenido jamás contacto con el hombre occidental.
Amazonista, nace con la intención de ser más que un sitio web.
Nace con la misión de dar voz al Amazonas, de ayudar con un pequeño granito de arena a que estas gentes que defienden lo suyo y su forma de vida, lo puedan conseguir.
Si lo que te acabo de explicar te resuena y te remueve algo dentro, únete. Lo mismo, a fuerza de ser muchos, podemos apoyar a que el Amazonas prevalezca.